sábado, 3 de junio de 2017

La cuestión de la propiedad de los medios de producción y la cuestión del capitalismo de Estado y su predominancia en la economía; Equipo de Bitácora (M-L), 2016

Brézhnev con Nixon

«¿La URSS revisionista-capitalista era un caso especial en lo económico? Sí, pero fácilmente explicable:

«El retroceso de la Unión Soviética al capitalismo no podía sino tener sus propias peculiaridades y el régimen capitalista no podía sino asumir allí formas específicas. Estas peculiaridades y formas son determinadas por el hecho de que el capitalismo fue restaurado allí como consecuencia del derrocamiento del socialismo, como un proceso regresivo, diferente al del capitalismo de tipo clásico que llega tras el derrocamiento del régimen feudal, como un proceso progresivo». (Enver Hoxha; Informe en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1981)

En la URSS capitalista-revisionista existía un capitalismo monopolista de Estado. ¿Cuáles eran sus rasgos de los medios de producción y las relaciones de producción allí?:

«La propiedad estatal en la Unión Soviética es una forma de propiedad privada capitalista con un alto nivel de concentración de la producción y del capital. La burguesía revisionista es el verdadero propietario de las empresas estatales y, con la ayuda del Estado, que explota a la clase obrera y las masas de todos los trabajadores del país. A través de esta explotación fortalece sus posiciones económicas y, junto con esto, también, consolida su dominación política». (Aristotel Pano y Kico Kapetani; El carácter capitalista de las relaciones de producción en la Unión Soviética, 1978)

Aquí en este punto hay gente que alude que no era capitalista «porque las empresas públicas ocupaban la mayoría en el sistema económico». ¿Hay algo más ignorante y antimarxista?

«Los revisionistas soviéticos declarar que la propiedad del Estado en la Unión Soviética tiene un carácter social. Es comprensible que, en aras de la demagogia que no han abandonado la fraseología marxista-leninista. Pero esto no cambia el contenido de las cosas y fenómenos en lo más mínimo. Karl Marx hizo hincapié en que la cuestión no es quién es el propietario nominal de la empresa estatal, sino de quién se embolsa las ganancias de esta propiedad. ¿Cómo puede tal propiedad, que conserva grandes desigualdad en el campo de la distribución de los bienes materiales entre las diferentes clases y estratos de la sociedad, y que profundiza la desigualdad de este día a día, ser socialista? ¿Puede ser una propiedad socialista, cuando los miembros de la clase de la burguesía revisionista, los directores de las empresas, y otros, tienen el derecho de despedir a los trabajadores a su voluntad, cuando pueden determinar a su gusto la cantidad de los salarios de los trabajadores y el importe de la ganancia que compartir por sí mismos, cuando tienen el derecho de vender los medios de producción, para desarrollar el juego libre de los precios y las relaciones capitalistas con las otras empresas monopolistas, y así sucesivamente? Es evidente que tal propiedad mantiene la etiqueta socialista sólo por el bien de la demagogia. (...) El carácter y el contenido de la propiedad dependen, en último término, de la naturaleza y del carácter del Estado. (...) Hablando sobre esta cuestión, Karl Marx subrayó que «siempre que las clases ricas siguen en el poder, cualquier nacionalización no representa la abolición de la explotación, sino sólo la alteración de su forma». (...) En el cómputo final, poco le importa a la clase obrera si la propiedad está en manos de los capitalistas individuales o en manos del capital unido en forma de monopolios estatales. En cualquiera de los casos la explotación está presente, ya se trate de la explotación capitalista individual o de una explotación capitalista colectiva». (Aristotel Pano y Kico Kapetani; El carácter capitalista de las relaciones de producción en la Unión Soviética, 1978)

¿Y es que acaso si los Estados Unidos de Obama nacionalizara-estatizara la mayoría de sus empresas dejaría de ser un país imperialista o seguiría siendo un país capitalista con un amplio capitalismo monopolista de Estado? ¿Dejaría de dominar la burguesía estadounidense o es el capitalismo de Estado una forma de dominación colectiva de la burguesía? ¿Acaso la socialdemocracia nórdica cuando creaba un sector estatal que ocupaba gran parte de su economía estaban creando socialismo o creaban capitalismo de Estado porque esas empresas se regían por métodos y leyes capitalistas? La respuesta para todo marxista en estas preguntas es siempre la segunda opción por supuesto.

La burguesía históricamente dependiendo del momento ha usado las nacionalizaciones, la propiedad de tipo estatal y cooperativa pero ello no ha alterado el carácter capitalista de las relaciones de producción. Marx y Engels ya explicaron los ejemplos de varios países que nacionalizaban las empresas tabaqueras, de transporte y grandes sectores sobre todo en casos de guerra. O si leemos a Lenin veremos cómo hablaba de que los monopolios estatales agrandaban las ganancias de la burguesía, la corrupción y como también estaban interrelacionados con la creación y saneamiento de los monopolios privados. Otro ejemplo sería la propia formación de la industria y la expansión de la burguesía gracias a las empresas estatales, algo que todo país capitalista ha pasado en uno u otro momento:

«El Estado burgués de los países excoloniales, en sus condiciones de profundo retraso, y de debilidad de la burguesía local, interviene en tanto como factor que ayuda a acumular y concentrar los medios financieros necesarios y las reservas materiales útiles para el desarrollo de las ramas de la economía que claman de un porcentaje de capitales mayor, ramas que no pueden ser abastecidas por capitalistas particulares. Ayuda a aumentar las inversiones, a intensificar la explotación de la mano de obra y obtener más beneficios. Esto también aparece en el hecho de que el Estado efectúa inversiones en determinados sectores, susceptibles de sostener y estimular el desarrollo del capital privado, por ejemplo en el ámbito energético, los productos químicos que sirven de materias primas, de la metalurgia, los transportes, así como el dominio bancario y el comercio exterior. De hecho en todos los países dónde existe el sector del Estado vemos crecer las empresas y reforzarse el sector capitalista privado que goza de derechos ilimitados». (Llambro Filo; La «vía no capitalista de desarrollo» y la «orientación socialista», «teorías» que sabotean la revolución y abren las vías a la expansión neocolonialista, 1985)

Entiéndase entonces que:

«El marxismo-leninismo nos enseña que el contenido del sector del Estado en la economía depende directamente de la naturaleza del poder político. Este sector sirve a los intereses de las fuerzas de clase en el poder. En los países donde domina la burguesía nacional, el sector del Estado representa una forma de ejercicio de la propiedad capitalista sobre los medios de producción. Vemos actuar allí todas las leyes y todas las relaciones capitalistas de producción y de reparto de los bienes materiales, la opresión y de explotación de las masas trabajadoras. No puede aportar ningún cambio al lugar que ocupan las clases en el sistema de la producción social. Al contrario, tiene por objetivo el fortalecimiento de las posiciones de clase políticas y económicas de la burguesía». (Llambro Filo; La «vía no capitalista de desarrollo» y la «orientación socialista», «teorías» que sabotean la revolución y abren las vías a la expansión neocolonialista, 1985)

Expliquemos una vez más al lector entonces el rasgo específico que la URSS sufrió con su regresión de país con sistema socialista a país con sistema capitalista:

«La reforma económica realizada por los revisionistas soviéticos cambió en esencia todo el anterior sistema de tenencia y administración de la propiedad socialista; cambió la propiedad del Estado socialista, como representante directo de la clase obrera y de las demás masas trabajadoras, pasando gradualmente la propiedad a manos de la nueva burguesía revisionista. Debido a muchos factores políticos, económicos, históricos y psicológicos, no se degeneró la propiedad mediante su partición capitalista en la forma clásica, pasando a la posesión capitalista individual. Se hizo preservando la apariencia de la propiedad estatal y dándole el carácter de propiedad monopolista de Estado. A fin de cuentas, para la clase obrera no es de importancia si la propiedad está en manos de capitalistas individuales o en manos de un capital conjunto bajo la forma de monopolios estatales. En ambos casos, la explotación está presente, ya sea bajo la forma de explotación capitalista individual o capitalista colectiva. El carácter de la propiedad y de las relaciones de producción también define el carácter mismo del Estado. Pero este último, también expresa y define el carácter de la propiedad y de las relaciones de producción. Los que tienen la máquina del Estado en sus manos también poseen los principales medios de producción y utilizan la máquina del Estado como un arma poderosa para aumentar su riqueza y ganancia capitalistas. Los clásicos del marxismo-leninismo han señalado que el carácter de la propiedad depende de la naturaleza del orden económico-social y del Estado». (Veniamin Toçi y Kiço Kapetani; La clase obrera soviética: Despojada de los medios de producción, 1973)

Es necesario que volvamos a insistir en las consecuencias prácticas del cambio producido en las relaciones de producción:

«Con el cambio del carácter de la propiedad, también cambiaron el objetivo de la producción y el destino del producto del trabajo. El sistema de gestión y planificación también cambió radicalmente. Privar a la clase obrera de los medios de producción trajo como consecuencia su separación de la gestión efectiva de la economía y la producción. Con la reforma económica, los revisionistas jruschovistas reemplazaron el sistema de planificación socialista de la economía con un sistema «flexible» de planificación, otorgando completa autonomía a las empresas, para que actúen de manera irrestricta en los campos de la producción, la distribución, la acumulación de capital, las inversiones, etc. El otorgamiento a los directivos de las empresas del derecho de usar, administrar y vender los productos fabricados, etc., los derechos que se les confirió en el ámbito de las relaciones de intercambio y distribución de productos, muestran claramente el uso personal de la propiedad capitalista y del producto del trabajo en las empresas económicas de la Unión Soviética. En esto radica la fuente de competencia por la máxima ganancia posible, que se ha extendido por todas las empresas económicas del país. De ahí se derivan la escasez de algunos productos básicos en un área o distrito del país y su excedente en otras áreas y distritos, y también el fenómeno de que el mismo producto de la misma calidad se venda a precios diferentes dentro de un mismo mercado. En el proceso de degeneración de la propiedad, los revisionistas soviéticos han realizado cambios importantes en los criterios de constitución de las empresas económicas, en lo referente a sus características económicas y jurídicas, a sus relaciones con el mecanismo de la reproducción de la producción social, y a su distribución geográfica. Han creado asociaciones monopólicas de tipo capitalista en la industria, la agricultura, el transporte y en otras ramas de la economía; asociaciones que continuamente se tragan a las pequeñas y medianas empresas y que dan lugar a grandes desplazamientos de reservas de mano de obra y suministros. Un factor motivador de este proceso espontáneo es el aseguramiento de la ganancia capitalista. Que la clase obrera está privada de la propiedad de los medios de producción se puede ver también muy claramente en las formas en que se utilizan los fondos creados en la empresa. Se calcula que el 80-85 por ciento de los fondos para estímulo material van a los bolsillos de los directivos. Según las estadísticas oficiales, en los últimos 4-5 años, al personal técnico-ingenieril se le ha dado, en promedio, 12 veces más bonificaciones mensuales que a los obreros, y a los trabajadores de cuello blanco, 6-7 veces más que a los obreros». (Veniamin Toçi y Kiço Kapetani; La clase obrera soviética: Despojada de los medios de producción, 1973)

Entonces, que la propiedad pública, estatal o como se quiera llamar, tenga mayor o menor peso en los países capitalistas, no supone que sea una propiedad socialista puesto que la misma está regida por leyes económicas capitalistas, no supone tampoco que sea una propiedad que beneficia a los trabajadores sino que beneficia, mantiene y amplia la dominación económica de la burguesía del país. Aplicase también a los países revisionistas-capitalistas de todo tipo que tengan mayor o menor proporción de «empresas públicas» en su economía:

«Por consiguiente en la Unión Soviética socialimperialista, en China, en Yugoslavia y en otros lugares actúan con fuerza las leyes, las categorías y los fenómenos socio-económicos clásicos de la producción capitalista. En lugar de la planificación centralizada, del trabajo y de la producción a escala de toda la sociedad, el centralismo burocrático de tipo monopolista combinado al liberalismo económico en la base, la descentralización, el desarrollo cíclico, la competencia, el libre juego de precios bajo la ley del valor actúan en estos países». (Priamo Bollano; Crítica a ciertas teorías burguesas y revisionistas sobre el lugar y el papel de las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo, 1983) (Equipo de Bitácora (M-L)Algunas cuestiones económicas sobre la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y su carácter socialimperialista, 2016)

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